REDESCUBRIR UNA COLECCIÓN
10 de mayo 2025-31 de mayo 2025, TAMARA KREISLER Gallery.
“Redescubrir una Colección”. Se trata de una cuidada selección de obras pertenecientes a la colección personal del querido Jorge Kreisler, quien ha decidido desprenderse de algunas de las piezas más emblemáticas de su vida como coleccionista y galerista. Juntos hemos organizado una de las exposiciones más significativas que ha acogido la galería hasta la fecha.
Siempre digo que, para mí, mis hermanas y primos, ha sido un verdadero privilegio crecer en una familia donde el arte no solo se vivía, sino que también formaba parte del día a día profesional. Desde pequeña recuerdo asistir a las inauguraciones en las galerías de mi padre y mi tío, y ver cómo llegaban a casa auténticos tesoros que traían de ferias y viajes, llenando nuestro hogar de belleza y estímulo creativo.
Mi tío Jorge, como fundador y director de la galería Kreisler Dos y más tarde de la galería Jorge Kreisler, fue un pionero en el arte contemporáneo. Introdujo en Madrid y más tarde en Marbella a grandes nombres de la vanguardia artística de los años 80 y 90, muchos de los cuales siguen siendo referentes del panorama actual.
En esta muestra se reúnen algunos de los artistas más relevantes del arte español e internacional de los últimos cincuenta años tanto a nivel nacional como internacional ya que ellos ya acudían a ferias internacionales en tiempos en los que pocos lo hacían. Pr ello, podremos ver una variedad de técnicas, estilos y nombres imprescindibles del arte contemporáneo como:
Pat Andrea, José Luis Balagueró, Rafael Baixeras, Evaristo Bellotti, Joseph Beuys, Óscar Benedí, Pere Bennàssar, Fernando Bermejo, Vicente Brito, Sacha Calderón, Tom Carr, Marta Cárdenas, Pedro Castrortega, Eduardo Chillida, Rilo Chmielorz, Chema Cobo, Victoria Civera, Luis Cruz Hernández, Teresa Eguíbar, Equipo Crónica, Lorenzo Frechilla, Ferran García Sevilla, Hartung, Mimmo Paladino, Antonio Lorenzo, Eva Lootz, Antony Micallef, Aurelia Muñoz, Manuel Raba, Juan Romero, Fernando Sáez, Martín Sáez, Fernando Sánchez Calderón ,Susana Solano, Julio Toquero ,Ernesto Tatafiore, Agustín Úbeda, Paco Vento, Stephan von Reswith.
GALERIA MAX ESTRELLA
Miler Lagos .Getsemaní. Prensa de olivo, 24 Abr – 1 Jun, 2025
Max Estrella presenta la segunda exposición individual de Miler Lagos en la galería. El artista colombiano muestra una serie de grabados realizados con la técnica del intaglio a partir de troncos cortados horizontalmente.
Lagos ha logrado incluir en la exposición una sección de tronco de un olivo calabrés de 1800 años de antigüedad, que tras sufrir deterioro durante un traslado fue localizado y recuperado por el artista. Símbolo y testigo del paso de los siglos en el Mediterráneo, la sección de olivo representa un fragmento de historia que el artista incorpora a su obra. Utilizando una prensa que deja impresa la huella del árbol, las obras se convierten huellas tangibles del tiempo, explorando la relación entre el hombre y el mundo natural.
Lo más poderoso de estas obras es que fueron soñadas antes del encuentro. El papel, hecho a mano con algodón puro, fue producido en talleres de la sabana de Bogotá sin que el artista hubiera visto aún el árbol de olivo. Todo se pensó desde la distancia. Cada hoja fue un acto de espera. En ese mismo lugar se imprimieron los nombres de los territorios donde el olivo ha echado raíces a lo largo del tiempo, lugares antiguos, memorias que habitan la geografía de este sin que estuviera presente. Solo al llegar a Madrid se dio el encuentro.
El olivo milenario recibió por fin la prensa, una prensa que imprime pero también acuña. Cada grabado lleva el nombre de una antigua moneda fenicia, como si en ellos también se imprimiera un valor, una historia, un símbolo de intercambio entre mundos. El olivo también ha sido eso, moneda de cambio, reserva sagrada, símbolo de riqueza y paz. Como en los antiguos tesoros la serie La Reserva guarda esta memoria. Cada impresión es única, como si cada hoja de papel reconociera el cuerpo que durante tanto tiempo había imaginado. Así se dio este cruce entre dos mundos. – Miler Lagos
Para Miler Lagos (n. 1973, Bogotá, Colombia) el árbol es el “testigo silencioso del paso del tiempo. Es el registrador de los cambios y los acontecimientos. Es la sabiduría, la perseverancia, la resistencia y la fluidez.” Los árboles son archivos vivos, fuerza y arraigo, cuerpos que sostienen la memoria del mundo sin imponerse sobre él. Sin embargo, el hombre, se ha concedido el derecho de interrumpir ese registro.
Getsemaní es el nombre de esta exposición, parte del proyecto La Reserva, una serie de grabados realizados con intaglio a partir de troncos cortados horizontalmente. La prensa imprime la huella del árbol y las obras capturan el vestigio del tiempo atravesado por la violencia de la máquina, permitiendo que la memoria continúe de otra manera. En cada impresión sobreviven la cicatriz de la motosierra y el óxido de la placa, y con ellos nace una nueva historia que el árbol comparte con la humanidad.
Miler Lagos expone la marca de la fractura, la cicatriz que interrumpe la memoria natural, un gesto de dominación que intenta controlar aquello que lo precede y lo sobrevivirá.
La serie evoca agonía y resistencia, pero también la oportunidad de vivir nuevamente. Getsemaní significa prensa de aceite, el lugar donde las aceitunas eran trituradas para extraer su esencia. Aquí la prensa es metáfora de la violencia sobre la naturaleza y del acto de imprimir como herida, permanencia y contemplación.
Como un sudario, cada obra es testimonio de lo que ha sido tocado, marcado para siempre. El árbol, que antes acumulaba historia en silencio, ahora se convierte en el testimonio visible de su propia extinción. Si el aceite de oliva fue símbolo de lo sagrado, ungüento de reyes y sacerdotes, la huella se vuelve marca de destrucción y a la vez posibilidad de reflexión.
En Madrid la serie presenta un caso particular: la impresión de un olivo milenario que murió en su traslado de Italia a España. Un árbol que resistió siglos de historia, pero que no sobrevivió al deseo humano de poseerlo. Impreso, su historia encuentra otra forma de vivir.
El olivo es raíz y frontera del Mediterráneo, patrimonio biológico e histórico protegido por leyes y por el saber campesino. Ha sido saqueado y venerado, desarraigado y resguardado. Acompañó imperios, rutas comerciales y rituales sagrados, cruzó mares y unió culturas. Sirvió de alimento, moneda y emblema de paz y resistencia. Esa tensión entre violencia y cuidado, pérdida y permanencia, habita estas obras.
Esta exposición es el vestigio de esa relación tóxica entre el hombre y la naturaleza. Como la prensa de aceite que desgarra el fruto para extraer su esencia, cada impresión registra el tiempo detenido, una herida que no cierra. La obra recuerda la paradoja: la humanidad protege lo que destruye y celebra lo que aniquila.
Pero lo que parecía el final se transforma en la insistencia de una presencia, en una forma de continuidad. En esa imagen impresa sobrevive no solo el árbol, sino el recorrido de una especie que acompañó el nacimiento de las civilizaciones mediterráneas. Desde las costas fenicias hasta el extremo occidental del Mare Nostrum, el olivo delineó el mapa cultural del mundo antiguo. La obra no solo recuerda lo que fue, sino abre un espacio para lo que aún perdura. Y es en esa permanencia donde el arte se vuelve espacio de resguardo, continuidad, posibilidad, celebración y archivo.
GALERIA LA COMETA
ENTRELÍNEAS . Oscar Valero & Mercedes Lara .10 mayo -31 julio .
Lo invisible no es lo contradictorio de lo visible: lo visible tiene la armazón de lo invisible, y lo invisible es la contrapartida secreta de lo visible, pues sólo aparece en él. Es el Vichturprasentierbar que se ha presentado en el mundo —no se lo puede buscar y todo esfuerzo para verlo lo hace desaparecer, pero está en la línea de lo visible, ese es su hogar virtual (entrelíneas) —
Lo visible y lo invisible, Maurice Merleau Ponty
En el principio, la línea. Una forma indiferenciada de potencialidad. “Longitud sin anchura” para la geometría Euclidiana, en este caso la línea no representa, revela; no es contorno, es aparición. Marca el tránsito entre el caos y el cosmos, entre lo informe y la forma. Para Óscar Valero y Mercedes Lara la línea es un acto generativo, el vínculo entre el interior y el exterior: su gesto se vuelve forma en el mundo.
Merleau-Ponty, en su reflexión sobre la percepción, propone que lo visible y lo invisible están “entrelazados” como dimensiones de una misma experiencia. Entonces la línea sería el umbral donde esa frontera porosa de lo invisible se vuelve figura. No es lo mismo una línea ondulada y delgada, vacilante, rígida, cálida o sensual. Su presencia puede dar lugar a sentidos plurales y múltiples. Por medio de ella, se pueden expresar diversas perspectivas de la realidad según su índole y temperamento, desde la creación de figuras hasta otros símbolos y sensaciones, dependiendo del trazo variará el significado.
Con la línea, la música –apreciable tan sólo por el sentido auditivo– se introduce en el plano visual y físico, permite revelar el espacio que ocupa y es el trazo que da posibilidad a la investigación visual de Óscar Valero, quien busca analizar gráficamente la estructura de las composiciones de J. S. Bach. Su línea, recta, firme, con dirección, nos remite al Uno del neoplatonismo, a la idea de que la realidad surge de lo más simple, de lo indivisible, que se conecta con la idea metafísica en una línea ideal que revela la abstracción máxima de la música a través de la percepción visual. El Preludio VIII en Mi Menor de Bach, del que parte el artista para realizar estas obras, se compone tan solo de 8 notas, pero refleja una complejidad profunda que vuelve a la propia estructura musical, al origen de la armonía y a la belleza de cada pieza. Con su trazo, criterios como la proporción, el ritmo y la melodía se transforman en espacio físico, y los parámetros del sonido y la música, como el tono o los compases, son codificados e introducidos en una retícula para revelar visualmente la pieza musical.
En Mercedes Lara, en cambio, la línea es experiencia sensible total, un “entre” donde el ojo toca al mundo y el mundo se deja tocar. La línea es la frontera y la unión de sus cartografías. Es una exploración de los límites, de la idea de que cada cambio tiene un borde, y por lo tanto, la línea no es solo división, sino también conexión o transición. Las caras de porcelana están marcadas por líneas que se asemejan a las líneas de nuestras manos, o a la superficie de un mar agitado. Sus telares son a la vez tejidos de luz, que se forman no solo por la linealidad del hilo y los patrones creados, sino por las líneas de transmisión, nombre que tienen las sombras generadas por una línea. En sus obras, la forma en sí se hace casi invisible, mientras hace visible el horizonte que divide el agua del cielo, el límite que separa el día de la noche o la luz en un juego de sombras y tensiones que hablan sobre la fragilidad, los límites y las ataduras. La línea no solo demarca, sino que abre, manifiesta.
La línea es código, armonía, abstracción; es forma, y también idea. Cuerpo, piel o frontera; es matérica, y también símbolo. La contraposición entre lo visible y lo invisible significa “que para comprender plenamente las relaciones visibles hay que ir hasta la relación de lo implícito con lo explícito…”. Al final, la línea se cierra; en realidad era un círculo.
GALERIA ELBA BENITEZ
Desde su inauguración en 1990, la Galería Elba Benítez ha abarcado el amplio espectro de soportes de la producción artística contemporánea.
Durante estos años, la galería se ha esforzado para explorar otros canales de expresión artística formados por la interacción del arte con otras disciplinas, como la arquitectura, el cine, el turismo, el urbanismo y la producción de proyectos para espacios públicos.
Sobre todo, la Galería Elba Benítez mantiene su firme compromiso con la capacidad que tiene el arte contemporáneo de cambiar con fluidez con los tiempos actuales.
CLAUDIA ANDUJAR A Sônia 22.05 — 31.07.2025 La Galería Elba Benítez presenta la exposición de una selección de fotografías del histórico proyecto fotográfico A Sônia de Claudia Andujar, que se inaugurará el 22 de mayo. En 1971, la reconocida fotógrafa documental brasileña Claudia Andujar conoció por casualidad a una joven llamada Sônia, que había llegado a São Paulo en busca de trabajo como modelo y necesitaba un fotógrafo que la ayudara a preparar su portafolio.
El resultado de su colaboración derivó en un extraordinario ensayo fotográfico que presentó a Sônia tanto como individuo como arquetipo de cualidades femeninas, vistas a través de una mirada también femenina. Las fotografías emplean libremente técnicas experimentales, como la inversión de imágenes positivas y negativas, encuadres y ángulos desplazados, y una vívida coloración en postproducción, todo lo cual se combina para crear una atmósfera onírica que realza la sensualidad palpable de Sônia ante la fotógrafa y su cámara. Como escribió Andujar sobre A Sônia: Sônia no sabía posar. Pero precisamente de ahí venía su encanto inocente. Sus gestos y actitudes no profesionales revelaban una sensualidad tranquila y natural. Ya no parecía estar frente a una cámara fotográfica, parecía apartada del mundo.
George Stolz
Claudia Andujar (Neuchâtel, Suiza, 1931; reside y trabaja en São Paulo) es fotógrafa, defensora de los derechos humanos y activista medioambiental. Su trayectoria está principalmente asociada a su trabajo de documentación y defensa del pueblo indígena Yanomami, en la región amazónica de Brasil, aunque su práctica artística también incluye proyectos como A Sônia.
Aunque su fotografía responde generalmente a un impulso de documentación social, Andujar utiliza con libertad técnicas fotográficas no documentales y experimentales para capturar los aspectos espirituales, emocionales y psicológicos de las personas y culturas que, de otro modo, escaparían al objetivo de la cámara.
Andujar ha realizado exposiciones individuales en: Rencontres d’Arles (2025); Banco de la República (Bogotá, 2024); MAM Museu de Arte Moderna de São Paulo (2023); MUAC Museo Universitario Arte Contemporáneo (Ciudad de México, 2023); Fundación MAPFRE (Barcelona, 2021); ICA Institute of Contemporary Art (Miami, 2021); Fondation Cartier (París, 2020); Instituto Moreira Salles (Río de Janeiro, 2019, 2018); Museum für Moderne Kunst (Fráncfort, 2017); Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) (2016); Instituto Inhotim (Brumadinho, 2015); Museu de Arte Moderna da Bahia (Salvador, 2007) y la Pinacoteca de São Paulo (2005). También ha participado en la Trienal de Imagen de Guangzhou (2017); en la Maison Européenne de la Photographie (París, 2013); y en la 12ª Bienal de Estambul (2011). En 2018, Andujar fue galardonada con la Medalla Goethe (Weimar). Su obra forma parte de importantes colecciones internacionales, como el Museum of Modern Art (Nueva York); la Tate Modern (Londres); el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid); el Museum für Moderne Kunst (Fráncfort) y el Stedelijk Museum (Ámsterdam), entre otros. A Sônia será la segunda exposición individual de Claudia Andujar en la Galería Elba Benítez y formará parte del Festival OFF de PHotoESPAÑA 2025. La Galería Elba Benítez agradece a la Galeria Vermelho su apoyo y colaboración en la exposición A Sônia.