VISITA GUIADA  EXPOSICIÓN FLAMBOYANT DE JOANA VASCONCELOS EN EL PALACIO DE LIRIA

24 de abril de 2025

¿Qué vimos en la exposición más comentada de la temporada?

Joana Vasconcelos, artista reconocida internacionalmente, ha seleccionado más de cuarenta de sus obras para esta intervención: un gran recorrido a través de su proceso artístico. Las instalaciones se integran perfectamente en las distintas salas del palacio, algunas de ellas no visitables hasta ahora, como la capilla, el salón de música y los jardines.

Por primera vez, el visitante puede recorrer las estancias y jardines del Palacio de Liria con esta magnífica intervención de Joana Vasconcelos, artista visual portuguesa con una carrera de más de 30 años. Reconocida por sus esculturas monumentales e instalaciones inmersivas, descontextualiza objetos cotidianos y actualiza el concepto de las artes y oficios para el siglo XXI, estableciendo un diálogo entre la esfera privada y el espacio público, entre el patrimonio popular y la cultura refinada.

A lo largo de todo el recorrido se establece un diálogo entre pasado y presente.

El Palacio de Liria, perteneciente a la Casa de Alba, data del siglo XVIII y fue construido principalmente por el arquitecto Ventura Rodríguez. Residencia de los duques de Berwick y Alba, abrió sus puertas al público en 2019 con el objetivo de compartir su gran patrimonio histórico-artístico.

La intervención artística de Joana Vasconcelos se distribuye a lo largo de los principales salones, incorporando estancias que hasta ahora no habían sido visitables.

La larga tradición de mecenazgo de la Casa de Alba ha sido un referente a lo largo de la historia: sus antepasados apoyaron a los artistas más notables de su época. Destacamos las palabras del duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, que señalaba:

“Es casi un deber abrir su casa al arte contemporáneo con una de las artistas de referencia a nivel mundial. Con esta intervención, los retratos de mis antepasados, firmados por grandes maestros como Goya, Tiziano, Rubens, Zuloaga y Madrazo, conviven con la sorprendente obra de Joana Vasconcelos, uniendo pasado y presente”.

Iniciamos el recorrido en el zaguán del palacio con la propuesta de Vasconcelos: dos leones, “Vigoroso y Poderoso”, imponentes guardianes realizados en cemento y recubiertos con croché, que no dejan indiferente.

Las piezas, a lo largo del recorrido, dialogan con la historia y la colección del palacio. En la biblioteca, entre cartas de Cristóbal Colón y los Reyes Católicos, o la famosa Biblia de la Casa de Alba, destaca la obra “Carmen” (2001), una impresionante lámpara de hierro recubierta de terciopelo negro con varias hileras de coloridos pendientes de plástico colgando.

Esta pieza se instala al fondo de la biblioteca, donde se conserva una carta manuscrita dirigida a la condesa de Montijo por Prosper Mérimée, autor de la novela homónima en la que se inspiró Georges Bizet para su ópera Carmen, base conceptual de la obra. La artista incorpora la voz de María Callas, lo que genera una experiencia extraordinaria para el espectador.

La capilla del palacio, abierta al público por primera vez, acoge uno de los grandes corazones de Joana Vasconcelos: “Flaming Heart” (2019–2022), un homenaje a María Magdalena que representa el amor a través de un corazón en llamas. La obra dialoga de forma sobrecogedora con las pinturas murales de José María Sert.

En la escalinata del Palacio de Liria se ha instalado la pieza monumental “Valkyrie Thyra” (2023), creada a partir de tejidos de Dior.

Las pinturas de grandes maestros como Goya, Tiziano, Rubens, Zuloaga y Madrazo se confrontan con piezas como “J’Adore Miss Dior” (2013), un enorme lazo rosa realizado con frascos del famoso perfume, creado para la exposición del 66.º aniversario de Miss Dior en el Grand Palais de París.

En el centro de la sala de música nos recibe la pieza “Piano Dentelle #3”, un piano completamente cubierto con ganchillo según la técnica tradicional de las Azores. La artista descontextualiza materiales y técnicas artesanales, generando múltiples lecturas sobre lo objetual.

La sala de baile acoge otra de sus piezas monumentales: “Marylin” (2011), una escultura de gran tamaño realizada con cacerolas y tapas de acero inoxidable que forman los míticos zapatos de la diva de Hollywood. Vasconcelos cuestiona aquí la condición doméstica de las mujeres, uniendo un objeto cotidiano con el mundo del glamour.

En el salón Zuloaga se presentan “Velázquez y Goya” (2024), dos nuevas obras de su serie de figuras de lobos, que dialogan con los retratos que Zuloaga realizó a varios miembros de la Casa de Alba.

Desde la tradición a lo popular y cotidiano, otras instalaciones evocan el pasado de España y el valor histórico del palacio. En el salón español destaca “Coração Independente Preto” (2006), versión negra del emblemático corazón de Vasconcelos, que alude al color característico de la corte española durante el Siglo de Oro.

En la entrada del palacio se encuentra “Solitario”, una pieza creada en 2018 para el Guggenheim Bilbao, que representa un anillo de compromiso a escala monumental. Está realizado con 110 llantas doradas dispuestas en círculo, coronadas por una pirámide invertida formada por 1.450 vasos de cristal que simulan un diamante gigante. Esta obra habla de amor y compromiso, tamizados por la sociedad de consumo, que los convierte en símbolos de estatus y poder.

Los visitantes pueden acceder a los jardines del palacio, normalmente cerrados al público, donde se encuentra “La Théière” (2025), una nueva obra de hierro forjado con vegetación ornamental en forma de tetera a gran escala, rodeada de jazmines. Es un homenaje a Catalina de Braganza —reina consorte de Inglaterra, Escocia e Irlanda— e invita al espectador a interactuar con la obra.

En la Sala de Arte Contemporáneo del palacio descubrimos otras facetas del trabajo de la artista: joyas, dibujos, maquetas y obras a pequeña escala, que revelan el uso recurrente de materiales como el croché o los azulejos.

Flamboyant es una exposición total, que tiende puentes entre lo clásico y lo contemporáneo, donde el color, la música, el barroquismo, lo monumental y la emoción se funden para el disfrute del espectador. Es una muestra pensada a conciencia y trabajada con inteligencia para integrarse con el legado de la Casa de Alba, sin olvidar que se trata de un espacio habitado.

Al salir, con cierto síndrome de Stendhal, nos encontramos con Gordi, el cerdito de Eugenia Martínez de Irujo, que vive en el palacio y tiene un año. Un amor de animal al que pudimos acariciar y saludar. Fue el colofón perfecto a una visita extraordinaria, absolutamente recomendable y que no hay que perderse.