El museo que fue: La colección Rodríguez Bauzá 

Por León Gª López de la Osa

En la entonces denominada Calle del Cisne de Madrid – actual Paseo de Eduardo Dato-se construyó en la década de los años 10 un palacete para ser la residencia de la Familia Bermejillo. Este edificio fue construido a lo largo de 3 años y con intervención de cuatro arquitectos diferentes: José Reynals, Benito Guitart, Franz Rank y Eladio Laredo, quienes participaron en el proyecto en distintos momentos y por motivos diferentes1. 

Palacio de los Bermejillo
(Fotografía del autor)

Es un edificio en estilo Neoplateresco que destaca por las torres que rematan la fachada y que están inspiradas en el Palacio de Monterrey de Salamanca, que supuso una notable inspiración para varios arquitectos del momento, denominándose incluso “estilo Monterrey”. 


Familia Bermejillo, 1910, López Mezquit
(Pérez Rojas, 2007) 

La familia Bermejillo residió aquí hasta los años 30. Fueron una destacada familia, interesada en la vida social y que fomentó a algunos artistas de la época, como, por ejemplo, al pintor granadino López Mezquita -quien obtuvo en 1910 su segunda Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Bellas Artes con un retrato familiar de los Bermejillo-. Los Bermejillo disfrutaban de una tranquilidad económica derivada de sus negocios en México, pero la convulsa situación política de finales de los años 20 provocó la necesidad de vender esta propiedad en 1932, siendo adquirida por el matrimonio Rodríguez Bauzá. Estos nuevos propietarios regresaban a España después de haber vivido en Sudamérica, donde habían hecho fortuna en Argentina y Uruguay y habían invertido gran parte de ella en una importante colección de arte.

El matrimonio Rodríguez Bauzá estaba formado por Herminio Ramón Rodríguez Labandera y Fernández Llameira y María Bauzá Rodríguez Labandera. Él había nacido en 1872 en Asturias, y que según su acta bautismal procedía de una familia de hijosdalgo, emigró a América y allí hizo fortuna como industrial. María Bauzá, que era familia de Ramón, residía en Uruguay cuando se casaron. La intención de Ramón Rodríguez Labandera al retirarse era dedicarse al estudio y catalogación de su colección y, por tanto, necesitaban de un espacio adecuado para ello. Ramón se formó en bellas artes, latín y griego, con la intención de conocer más sobre su propia colección y darle un sentido museístico. La casa se habilitó para la colección, que se reordenó siguiendo las ideas de Ramón que, lamentablemente, no vio este proyecto realizarse al fallecer repentinamente en 1932. 

Comedor de la Familia Rodríguez Bauzá
(Ferrandis, 1943)
Hall de la Familia Rodríguez Bauzá 
(Ferrandis, 1943) 

María Bauzá, ya viuda, tomó las riendas de la colección, la terminó de instalar según los planes de su marido, y mantuvo la casa activa con conciertos, tertulias y puertas abiertas a la propia colección. El apelativo de casa-museo es frecuente en los pocos textos que hablan de estos benefactores. En 1943, José Ferrandis visitó la casa y escribió sobre su visita en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, diciendo de esta colección: “La colección merecería sin disputa el apelativo de museo, ya que la cantidad de objetos que posee y su exquisita calidad le hacen acreedora de este título.” 

Con el estallido de la Guerra Civil, María Bauzá logró que la sede de la embajada de Checoslovaquia se instalara en su casa, logrando así una protección especial para el edificio y, por ende, para la colección. Un inteligente movimiento que mantuvo a salvo la enorme colección. Sin embargo, las desventuras no finalizaron aquí, y la expropiación en Argentina por parte del gobierno de Perón llevó a la familia a una incómoda situación económica, teniendo que vender algunas de las piezas. 

Salón de la Familia Rodríguez Bauzá
(Ferrandis, 1943)
Salón de la Familia Rodríguez Bauzá 
(Ferrandis, 1943) 

María falleció en 1960 y lamentablemente, la posibilidad de que esta increíble colección se convirtiera en un museo se esfumó cuando la herencia se repartió entre los ocho hijos del matrimonio. Durante los treinta años que vivió en él y hasta su muerte en 1960 María convirtió este edificio en una auténtica casa-museo, referencia obligada del arte y de la cultura madrileña de su época2. 

La casa se vendió en 1963 a una empresa privada que, siete meses después, revendía el inmueble al estado, quedando cerrada hasta 1983 cuando, la necesidad de ubicar al Defensor del Pueblo contribuyó a reformar y restaurar el palacete que había quedado muy perjudicado durante esos 20 años cerrado. La oficina del Defensor del Pueblo alberga una colección de interesantes piezas, pero muy alejados de la grandeza que vivió el palacio en el periodo de la familia Rodríguez Bauzá. 

Grandes e importantes museos del panorama nacional e internacional han nacido del esfuerzo personal de una colección privada, pero no todas las colecciones privadas se han transformado en museos y, en el mejor de los escenarios, una pequeña parte de las piezas que conforman dichas colecciones pueden regresar al ámbito público a través de subastas o donaciones. La colección Rodríguez Bauzá acumulaba, según Ferrandis, una importante selección de lienzos de autores contemporáneos como eran Zuloaga, Sorolla, Pradilla, Jiménez Aranda, Benedito, Romero de Torres, Pla, Anglada Camarasa, Rusiñol, Echevarría, Zubiaurre, Martínez Cubells o el ya mencionado, López Mezquita, entre muchos otros; de la misma manera que escultores del mismo periodo como Inurria, Clará o Juan Cristóbal entre otros. De otros periodos, contaba con piezas de Tiépolo, El Greco, Cranach, Madrazo, Paret, Ribera o Murillo. Además de mobiliario, cerámicas, orfebrería, tejidos o una interesante biblioteca. 


Como se ha citado, tras el fallecimiento de María, la herencia se repartió entre los hijos y algunas obras, con el paso del tiempo, han acabado engrosando las filas de algunos importantes museos internacionales. El Museo del Prado tiene actualmente -al menos que se sepa- cinco obras que pertenecían a esta colección: cuatro lienzos de Francisco Gallardo, que forman parte de una colección de trampantojos, fechados en torno 
a 1764 y que, tristemente, siendo obras de gran originalidad y calidad, no se encuentran en exhibición en las salas -aunque si están en la página web3. Fueron subastados por Alcalá Subastas en el año 2022. El quinto cuadro es un Hermenegildo Anglada Camarasa Interior de un café-concert, pintado en París hacia 1900 y que fue adquirido en 2012 en una subasta por Hans Rudolf Gerstenmaier, quien posteriormente lo donó al museo junto con toda su colección en 20194. El Palacete contaba con dos salas dedicadas exclusivamente a Joaquín Sorolla y a Ignacio Zuloaga. En el caso de los Sorolla, existían al menos seis lienzos, uno de los cuales, Niños en la playa de 1916, fue vendido por el marchante Justo Bou a la familia Rodríguez Bouza. Apareció en subasta en Sotheby’s en el año 2013, adquirido por otro coleccionista privado. De Zuloaga destacaba el retrato que hizo a una de las hijas del matrimonio Rodríguez Bouzá, María Esther, que fue subastado también en 2012 por Sotheby´s. 

Colección de trampantojos 
de Francisco Gallardo, c. 1764 
(Museo del Prado) 
Interior de un café concert, 
Anglada Camarasa, c. 1900 
(Museo del Prado) 
Subasta en Sotheby’s de Niños en la Playa (RTVE.es)

En las fotografías que acompañaban el artículo de Ferrandis -y que se incluyen en este mismo artículo- pueden reconocerse al menos, dos obras. En uno de los salones, un retrato de Isabel II como Condesa de Barcelona, de cuerpo entero por Raimundo de Madrazo, realizado hacia 1860 y que tampoco se encuentra expuesto, aunque es visible en su página web5. 

Isabel II como Condesa de Barcelona,
Madrazo, c. 1860
(Museo de Arte de Ponce)

El otro cuadro identificado es una tabla que se observa en el otro salón, al fondo, sobre un caballete. Se atribuye al pintor flamenco afincado en Valencia en el siglo XV, Louis Alincbrot, conocida como Tabla del Calvario, fue realizada en torno a 1450 y se encuentra en paradero desconocido, aunque existen interesantes estudios sobre su autoría, y la relación que tiene con el Tríptico con pasajes de la vida de Cristo y María, del Museo del Prado y atribuido al Maestro de las Horas Collins. 

El Reina Sofía también posee obra procedente de esta colección, en concreto el Retrato de Valle Inclán de 1922 de Juan de Echevarría, procedente de la reordenación de fondos del MEAC y que, a su vez, llegó allí como donación de María Bauzá Rodríguez6. 

Respecto al cuadro de Francisco Pradilla, se sabe que el lienzo era el titulado El suspiro del Moro, que comenzó a pintar en 1879 y finalizó en 1892 durante su estancia en Roma. Fue adquirido por la familiar Rodríguez Bouza en 1893 por mediación del marchante Henry Wallis y subastado en Ansorena en 2018, siendo adquirido por otro coleccionista privado. El cuadro está considerado una de las grandes obras de Pradilla.

Respecto al cuadro de Francisco Pradilla, se sabe que el lienzo era el titulado El suspiro del Moro, que comenzó a pintar en 1879 y finalizó en 1892 durante su estancia en Roma. Fue adquirido por la familiar Rodríguez Bouza en 1893 por mediación del marchante Henry Wallis y subastado en Ansorena en 2018, siendo adquirido por otro coleccionista privado. El cuadro está considerado una de las grandes obras de Pradilla. 

El suspiro del moro, Pradilla, 1879-1892
(Wikipedia imágenes)


De López Mezquita tuvieron al menos, dos lienzos, titulados De sobremesa y Pilarcita7, siendo el primero de 1905 y el segundo de 1923. Del primero existe una fotografía y una ilustración a color que fue portada de la revista alemana Jugend de 1914, concretamente, la portada del número 21, mientras que el segundo se expone en el Museo Muñoz Solá de Tudela8. 


Otro museo español que se ha nutrido de algunos fondos de la dispersión de esta colección ha sido el Museo Arqueológico Nacional, que conserva al menos, tres piezas procedentes de la casa-museo. Dos jarros de bronce de fabrica peninsular y la llamada Espada de Guadalajara, una pieza de mediados del Segundo Milenio a. C. y que está realizada en oro y cobre. Es una pieza con una empuñadura chapada en oro con unos adornos sutiles pero muy apropiados para un arma más ideada como símbolo de poder que como herramienta de lucha.

Espada de 
Guadalajara, Segundo 
Milenio a. C. 
(Museo Arqueológico 
Nacional) 


Por otro lado, en escultura destaca un marfil de Gaspar Núñez Delgado, fechado en 1599 y que fue adquirido en 1995 por el Newfields Museum de Indianápolis. Núñez Delgado fue un escultor de origen abulense que trabajó, sobre todo, en Sevilla y que fue maestro de Martínez Montañés. 


Es evidente que la colección Rodríguez Bauzá fue un importante referente durante los casi 30 años que se mantuvo abierta la casa, y pese a que la colección se dividió con el reparto de la herencia, una parte de ella ha terminado por engrandecer importantes museos -nacionales e internacionales-, lo que nos permite asomarnos a una pequeña muestra de lo que debió ser este particular museo. Su ubicación en Madrid y sus enormes paralelismos con la colección Lázaro Florido, habrían hecho de este palacete un museo de gran renombre que habría, junto con el Museo Sorolla (creado en 1932) y el Museo Lázaro Galdiano (inaugurado en 1951), creado un excelente segundo punto de encuentro de arte en la ciudad, un segundo triángulo del arte en el Paseo de la Castellana. 

Crucificado, Núñez Delgado, 1599 
(Wikipedia imágenes) 

Bibliografía 

BALMASEDA MUNCHARAZ, Luis Javier y PAPÍ RODES, Concepción (1997). Boletín Museo Arqueológico Nacional, Tomo XV, Nº1 y 2, Madrid. 

FERRANDIS, José (1943). Visita a la colección Rodríguez-Bauzá. Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, Año L, Tomo LI, Tercer Trimestre, 157-162, Madrid. 

LACARRA, Mª del Carmen (2017). Aragón y Flandes: un encuentro artístico, Institución «Fernando el Católico», Zaragoza. 

MORA, Antonio (2003). La sede del Defensor del Pueblo en España: el Palacio del Marqués de Bermejillo, El libro del Defensor del Pueblo, Defensor del Pueblo, 117-152, Madrid. IV JORNADAS DE COLECCIONISMO – 9 

MORA, Antonio (2016). Las sedes del Defensor del Pueblo en España, dos edificios madrileños, El libro del Defensor del Pueblo, Defensor del Pueblo, 121-149, Madrid. 

NOGALES Y MARQUEZ DE PRADO, Antonio (1954). López Mezquita, su personalidad en la pintura española, Pueyo, Madrid. 

PÉREZ ROJAS, Francisco Javier (2007). López Mezquita, 1893-1954: épocas e itinerarios de un pintor cosmopolita, Arco Libros, Madrid. 

Web 

Real Academia de la Historia. Biografía de Herminio Ramón Rodríguez Labandera y Fernández Llameira. 

https://dbe.rah.es/biografias/130540/herminio-ramon-rodriguez-labandera-y-fernandez-llameira. Última visita, 29/10/2024. 

Museo del Prado. 

Web Oficial https://www.museodelprado.es/ (Última visita, 29/10/2024) 

Museo de Arte de Ponce. 

Web Oficial https://museoarteponce.org/ (Última visita, 28/10/2024) 

Museo Arqueológico Nacional. Web Oficial 

https://www.man.es/man/home.html (Última visita, 28/10/2024) 

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Web Oficial 

https://www.museoreinasofia.es/ (Última visita, 27/10/2024) 

Universitats Bibliothek Heidelberg. 

https://digi.ub.uni-heidelberg.de/diglit/jugend1914_1 (Última visita, 30/10/2024)